Esta es la triste historia de Trufa:
Trufa apareció con su hermano un buen día de
invierno atados a la farola junto a la puerta del refugio. No sabemos si fueron
sus propios dueños quienes los abandonaron o alguien los encontró y nos los
dejó allí para que nos hiciéramos cargo de ellos, la cuestión es que estaban
tremendamente delgados y temblaban sin parar. Posiblemente incluso habían
pasado ahí la noche entera. En cuanto los recogimos se les instaló en una
camita con mantas en una celda para ellos solos con el fin de que se tranquilizaran,
y tanto se tranquilizaron que durmieron casi todo el día. Poco a poco fueron
saliendo de la celda y acercándose a los demás perros y se integraron en el
refugio sin problemas.
Con los
voluntarios desde el primer día se mostraron cariñosos y tremendamente
simpáticos y aunque el hermano de Trufa fue adoptado en seguida y ella se quedó
aquí, se ha seguido mostrando igual de cariñosa y agradecida con cada
voluntario que se acuerda de ella.
Sin embargo, está creciendo y pasando su infancia en un lugar donde no puede desarrollarse como es debido, donde su alegría e inquietud de cachorra se anda apagando día a día, las protectoras no son los lugares ideales para nuestros fieles amigos, ayúdame a encontrale una familia a quien pueda darle ese cariño y amor que tiene guardado en el corazón.
Aquí unas fotos de cuando era más chiquita.